Crítica de Tron: Ares

Crítica de Tron: Ares

Entretenida, pero Jared Leto, su simpleza y sus oportunidades perdidas la vuelven olvidable.

Calificación: ⭐⭐⭐

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La historia es cíclica así que, cada cierto tiempo, Disney debe resucitar de entre los muertos a Tron, para que se estrelle en taquilla como contra la estela de una moto de luz y vuelva al limbo hasta dentro de otra década.

Tron: Ares sigue la tradición y, a pesar de ese final que plantea una continuación, no creo que la haya dadas las enormes pérdidas.

Y el caso es que no es tan mala si te la tomas como película de puro entretenimiento, aunque carece de alma, tiene un montón de oportunidades perdidas y, sobre todo… Sobre todo es Jared Leto, ese agujero negro de carisma o humanidad.

Pero claro, su nombre está en los créditos como productor, así que todo es una oda narcisista a su persona y personaje, que arrastra la película hacia abajo como el sumidero de empatía, gracia o personalidad que es.

Aquí, al menos, tiene la excusa de que interpreta a un programa.

Un problema de 200 millones

Al parecer, Disney se ha gastado 200 millones y me pregunto en qué, porque los efectos están bien, pero al final son un puñado de localizaciones y la infrautilizada grid. No sé, al parecer encender un ordenador ya cuesta cincuenta millones en Hollywood.

El argumento no empieza mal y luego se cae por un precipicio, incapaz de ser sostenido por unos personajes de cartón piedra, especialmente el malvado de opereta, de aquellas películas de los ochenta donde eres malo porque sí, no me hables de profundidad o motivaciones.

Pero sobre todo, Tron: Ares es una película con un puñado de posibilidades y personajes tan infrautilizados (para que Leto ocupe pantalla), que se queda en lo que ChatGPT te escribiría en un post-it.

Así, es flagrante y criminal la infrautilización de Gillian Anderson.

Flagrante la infrautilización de Jeff Bridges, que hasta duele de lo apretado que debe estar metido con ese calzador, porque había que conectar con alguno de los primeros Tron, pero tampoco nos esforcemos. De hecho, causemos risa involuntaria con ese «Estoy aquí porque tú estás aquí»… Qué nivel, y por supuesto, qué excusa para que la escena sea de nuevo una adoración al personaje de Leto. En fin.

Flagrante la infrautilización de Tron, tanta, que ni siquiera sale en una película con su nombre y que, con un par de elecciones diferentes de guion, habría sido un elemento extremadamente atractivo en ciertos momentos clave.

Flagrante la infrautilización de la Grid, el punto más interesantes de la saga, quedando una película que transcurre más en el mundo real que el virtual. ¿En serio? Seguro que eso es lo que queremos ver los cuatro fans de Tron que quedamos, la vida real.

Flagrante la infrautilización de la red ochentera en la que aparece Bridges, metida de nuevo con calzador por aquello de que la nostalgia vende y esos ochenta también, especialmente, para quienes no los vivieron.

Así, todo se convierte en una película de acción de manufactura tan aséptica que han desinfectado cualquier rastro de alma hasta quedar hecha de mínimos, de un A-B-C en el que no me voy a complicar nada y profundizar aún menos en personas, emociones o similares… Como mucho, algún topicazo tramposo y a correr.

Pero tiene ritmo y no aburre, a cada uno lo suyo.

Ni de lejos es buena o aparece algo similar a un personaje que no sea un recortable de cartón, pero de veras que es entretenida. Eso sí, ni de lejos precisaba doscientos millones y ni de lejos la vas a poder recordar en unos días.

Si no tienes otra cosa que hacer una tarde, la puede ocupar, siendo de esas películas que está bien si la ves y bien si no la ves.

Pero el puñetero Jared Leto… Él solo, le resta una estrella. Él y su aura de tremendo gilipollas al empezar cuando es malvado y, de alguna manera, todavía más energía de gilipollas al final cuando se vuelve bueno, con esa moto y esa conclusión.

Por suerte, la excelente, pero excelente de veras, banda sonora de Nine Inch Nails le añade otra estrella ella sola. A la altura de lo que hizo Daft Punk en Tron: Legacy, ese es el mejor de los cumplidos.

LO MEJOR

La banda sonora de Nine Inch Nails

LO PEOR

Jared Leto con diferencia, junto al hecho de que todos los personajes son cartón piedra y la acción o el argumento tira por el camino de en medio sin sorpresas u originalidad alguna.