Crítica de La cita
Intento de resucitar a Hitchcock, fallido por lo inverosímil de la premisa y el desarrollo.
Película de acción decente, aunque tópica, con más énfasis en los personajes y las relaciones de lo habitual.
Calificación: ⭐⭐⭐
Hollywood solamente tiene un par de técnicas para crear personajes «complejos». O les añade una condición que los convierte en genios desajustados o, en el caso femenino, es aún peor, porque la profundidad viene de que en el pasado abusaron de ellas. Y ya está, no pidas más, a ver si te crees que aquí estamos para crear personajes que parezcan personas.
El contable 2 es el primer caso, todo un tópico visto 313214 veces ya en series, películas, etc, donde el protagonista tiene el Sindrome del Sabio o Síndrome del Savant, que les hace muy inteligentes y también incapaces de relaciones normales.
Pero al menos, es más de lo que la película típica de acción ofrece, además de que la primera parte de la saga no estuvo mal y esta semana, a traición, quitaron la película que quería ver y me quedó esta opción o cortarme las venas con Marvel o Minecraft.
Así que entré sin expectativas y quizá ese sea el secreto de la vida, porque te ahorra decepciones y te llevas alguna que otra sorpresa con nada que hagan.
La película de acción tiene todos los ingredientes de estas mierdas, un montón de armas para quienes esas cosas les ponen palotes y un argumento basado en malos muy malos, sin matices, a los que no te da pena ver morir o ser torturados en nombre de una justicia al margen de la ley rebosante de testosterona sintética.
El argumento es un lío lleno de agujeros sobre trata de personas y demás, algo que no muestre grises y justifique el abuso fascistoide constante por el bien de la justicia.
Lo único es que, en este caso, se han molestado en restar escenas de acción sin sentido constantes (Marvel, te miro a ti), para construir un poco los personajes, la relación entre los dos hermanos y algo de humor que es un irregular acierto-fallo según el momento.
Pero claro, cuando no tienes nada y esperas menos, un poco es mucho. Así que no todo es pium, pium, ni hostias a paletadas como si un crío jugara con muñecos (resumen que sirve para cualquier mierda de superhéroes o del género de acción con pistolas enormes para compensar otros tamaños).
Curiosamente, si se hubieran esforzado un poco en arreglar la trama, la película habría mejorado mucho. Hay una especie de misterio al estilo procedural, pero resulta lioso, la investigación es decepcionante y, por supuesto, volvemos con otro tópico: los hackers genios que, de manera mágica e inverosímil, arreglan todo o solventan lo que es necesario en el momento. Lo cual es enervante, aburrido y sustituye a cualquier solución ingeniosa para encontrar la pieza que falta, cosa que se consigue con la magia de teclear muy rápido.
En ese sentido la película es perezosa a más no poder e innecesariamente hipercomplicada en trama para lo que luego es, una mierda con personajes sueltos que se podrían haber ahorrado un poco, como la asesina.
Que por cierto, el tío que interpreta Affleck será muy listo, pero vaya tela no figurarse lo de los niños hasta el último tercio cuando, como espectador, lo tienes claro desde el minuto veinte (y no porque tengas más información que los personajes).
En definitiva, festival de tópicos irritantes y sobados, pero al menos se molestan en construir a los personajes y su relación. Y eso, aunque la ejecución sea irregular, hace que te importen, algo que parece que se le ha olvidado a las películas de acción.
Esa implicación emocional (por pequeña y superficial que sea, como en este caso), hace que lo que sucede en la pantalla no te dé igual. Porque si no, todo es un intento desesperado por matar y explotar cosas in crescendo hasta que los sentidos quedan saturados y sales con un mareo que te recuerda que te haces mayor para estas cosas.
Aquí las escenas de acción están más espaciadas y eso hace que importen cuando suceden. Además de que no pocas son más implícitas que explícitas, otro acto de atrevimiento en un panorama donde las películas están tan aterradas de nuestra atención destruida, que revientan algo con mucho ruido y luz cada tres segundos para que no cojas el móvil.
Pero es que, cuando no te molestas en que algo o alguien me importe, da igual la espectacularidad, es ruido y flashes vacíos que no resultan diferentes de las luces del móvil.
La película debería tener una estrella menos, pero fui queriendo apagar el cerebro y con las expectativas tan bajas, que me entretuvo e incluso en ciertos puntos dije Um. Algo raro en las películas de ese tipo en los últimos tiempos.
Sé que pido poco, pero teniendo en cuenta las mierdas que me como habitualmente, le doy esa tercera estrella sin tapujos. O con unos pocos.